Boca perdió 2 a 0 ante Argentinos en la bombonera y sigue sin encontrar su rumbo futbolístico, Juan Román Riquelme no tuvo una buena noche.
Después de 181 días sin poder pisar una cancha, Juan Román Riquelme volvió a la “Bombonera”. El público xeneize tenía nuevamente a su ídolo, ese que derrochó fútbol en el Parque Antártica, el mismo que le pisó la pelotita a Figo y a Roberto Carlos, el hombre que jugó las finales contra el Real Madrid y Bayern Munich.
Atrás quedó su lesión en la rodilla izquierda ocasionada por una osteocondritis, una negociación desgastante; pero a la vez fructífera para Román y una recuperación de seis meses (su último partido fue el 09/05 de este año, en la derrota ante Huracán).
El “Diez” se volvió a encontrar con la pelota, pero no hubo mucho romance, su primera intervención fue a los 10 minutos del primer tiempo, cuando eludió a un hombre de Argentinos Juniors y levantó la cabeza para dejársela a su compañero Jiménez, que la desperdició.
También se encontró con Martín Palermo que tiró por arriba del travesaño uno de los pocos pases que Riquelme pudo dar. Sólo resta citar un pase de villar de esos que Román acostumbra dar, lástima que a Clemente Rodriguéz se le terminó la cancha.
En el segundo tiempo “J. R. (Riquelme)” remató una sola vez al arco, tras el remate su cara mostró el fastidio porque no le salía una y porque sintió dolor en el momento que pateó, aunque nunca pidió el cambio porque es de esos tipos que se comprometen a raja tabla con la causa “boquense”.
Y a los 42 minutos del segundo tiempo, Argentinos se animó y encontró lo que no buscó en toda la noche. Pero, que puede importa la forma cuando el gol lo hizo un pibe de las inferiores, Gentilletti. En ese momento el técnico de Boca, Borghi, tomó su campera y amagó en irse de la platea (cumplió una fecha de suspensión) pero se quedó, vaya a saber por qué si últimamente manifestó que su partida podía descomprimir el ambiente.
A los 45´ del complemento Ruiz, que debutó en primera, clavó para “los Bichitos colorados” el segundo, tras un rebote del cuestionado arquero de Boca, Lucchetti.
Riquelme sabe que jugó para tres puntos y ahora le queda el “Súper Clásico” para poder ser feliz, lo que más quiere en el fútbol. Y comprende más que ninguno, que cuando se reencuentre con la pelota, tendrá que hacer mucho para reconquistarla.
Federico Guillermo Marotta
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